Texto Mariano Galvan
Paso a detallar mi versión de los hechos ocurridos en una de las caras del cerro Pirámide, donde Belen Pedernera y Tomas Godoy, se perdieron durante los días de enero de 2011.
El día 17 de febrero guardaparques se comunica conmigo, solicitando si puedo colaborar con la búsqueda de dos personas desaparecidas en la cara oeste del Aconcagua.
Después de haber tenido un día duro de trabajo porteando, me dispuse a preparar mi equipo personal de manera muy rápida, en menos de una hora y media que me notificaron, el helicóptero me pasó a buscar. Me zambullí literalmente hacia su interior, el cual me llevo a Horcones a eso de las 19 horas y me puse en contacto con gente de guardaparques que me explicaron un poco la situación: dos personas, luego de haber estado unos 6 días, en el cerro Pirámide, dos personas fueron avistadas y no se sabe en que estado se encuentran, si tienen alguna lesión, no se sabe nada ya que no pueden comunicarse con ellos. De inmediato les pedí que me pusieran en contacto con
Me comunico con Tony, de
Y así fue, volé desde Plaza Argentina, a Horcones, de ahí a Plaza de Mulas y de ahí a la entrada a
En el inicio de la quebrada se encontraba Pachacho (oficial Altamirano), jefe de la patrulla, el cual me comunica que ya dos policías se encontraban en la base del Cº Pirámide y habían instalado un campamento avanzado. Así mismo me proveyó de material técnico, para poder realizar el rescate. Así que me empecé a cargar cuerdas, tornillos, clavos, jumar, poleas de rescate, etc. Ya empezaba a cargarse la mochila, además de la comida y agua para la gente perdida. Comencé mi marcha a las 10 de la noche y logre contactar al equipo de avanzada pasada la media noche. Estaban cansados ya que habían intentado llegar al col del Cº Pirámide, pero habían equivocado el camino y se habían tenido que volver. Me brindaron algo caliente y comida. Decidimos el plan a seguir y dormimos un par de horas mas como para recuperar energías, a las 4 de la mañana nos pusimos el equipo técnico, arneses, botas polainas, y emprendimos la marcha en una oscuridad total, y ansiosos por contactar a la gente.
Me llamaron para este rescate, ya que he estado un par de veces en esta quebrada, escalando
El cuadro fue más alentador de los que pensábamos, Belén me recibió con llantos de emoción al verme, mientras que Tomás sonreía, entre una mezcla de pensar si estaba alucinando del hambre y la sed que habían tenido que padecer luego de seis días en un ambiente muy hostil. Eran las dos de la tarde. Les brinde comida y agua. Habían estado bebiendo arcilla liquida, barro y otras delicias que corrían por la pequeña quebrada donde se encontraban, ya que no había nieve para derretir. Una vez hidratados y alimentados, les informe que equipo deberían cargar y cual dejar. Gentilmente accedieron y salimos a caminar lentamente hacia arriba, parando a seguir comiendo e hidratando. Atrás tuvimos que dejar abandonados como un campamento fantasma, carpa, aislante, termos, ollas, etc. Ya que eran cosas que no podíamos cargar, todos estábamos cansados y debíamos movernos con urgencia, el clima era bueno, pero nunca se sabe en Aconcagua cuando puede empeorar. Cuando llegamos al col, nos encontramos con la grata sorpresa de que mas gente estaba llegando a ayudarnos con el rescate, el policía Fredy y los guías Nacho Lucero y Mijel Lotfi. Juntos aunamos esfuerzos para fijar cuerdas de vuelta hacia
Moraleja, si van a escalar a un lugar técnico y por el que no circula mucha gente, además de un buen botiquín, cuenten con un equipo de comunicación, si no tienen uno propio lo pueden alquilar. Y créanme que les puede salvar la vida, o resolver una situación complicada en mucho menos tiempo.
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