5 ene 2014

Homenaje y ascenso a cerro no escalado - pico Vivi LOTFI 5.264 m

Difícil homenajear a alguien… Más aún si se trata de un ser querido como lo fue mi hermana Vivi, que falleció el año pasado a raíz de una enfermedad. Desde entonces que le dije a Pablo que quería rendirle un homenaje a Vivi, haciendo un ascenso a un cerro no escalado.

Fanático como pocos, historiador y recopilador de información, Pablo se puso a buscar entre sus proyectos. De una selección de tres cerros aparentemente sin datos de ascensiones anteriores, me llamó la atención un monte, separado de otros de alrededor, lejos de la civilización, lindando entre las hermosas zonas del macizo de La Jaula y cordón Santa Clara. Con glaciares alrededor y con un glaciar propio! Lo estudiamos con Gogle Earth varias veces y a partir de allí, diseñamos un plan de ascenso. Lo intentaríamos…

El pasado 9 de noviembre, nuevamente emprendimos una expedición liviana (aunque las mochilas pesaban sus kilos), por los alrededores del río Tupungato. Zona alejada y comprometida. No llevamos teléfono satelital, solo dejamos instrucciones a unas pocas personas de confianza por si no llegábamos a tiempo una fecha determinada.


Punta de Vacas fue el comienzo de la caminata y destino de nuestro coche que esperaría allí el tiempo necesario. Tras andar alrededor de 21 km el primer día, los cuerpos pedían un descanso. El mismo fue en la serie de los refugios M.O.P. del año 1937. De hecho el segundo de ellos, aguas arriba por el río Tupungato. Llamado Chorrillos, de éste refugio nos impresionó el buen estado que tenía a pesar del tiempo y el casi nulo mantenimiento.

El segundo día de caminata nos esperaría temprano por la mañana con el cruce del río Tupungato. Por suerte en este sector del valle, el caudal se reparte entre brazos más chicos y así pudimos sortear sin problemas este vadeo, a pesar de que nevaba y estaba frío esa mañana. Al cabo de un par de horas estábamos comenzando a subir por una quebrada llamada “El Salto” en las cartas oficiales antiguas del IGM. Según Pablo, no existían registros de ascensiones por esta quebrada y de hecho, salvo una pirca tipo militar a 3.500 m, no encontramos absolutamente nada. Acampamos esa noche a 3.600 m todavía con tiempo inestable, como lo fue todo ese día.



Durante el primer día, en la travesía por la ferrata.



La tercer jornada y siguiendo las previsiones meteorológicas que habíamos estudiado, se despejó el cielo y la vista que se nos ofrecía nos llenaba plenamente a cada paso. Cerros inexplorados, campos de nieve, cascadas congeladas y glaciares, fueron el común denominador mientras andábamos por el valle hacia arriba. Numerosos comentarios de asombro salían una y otra vez de nuestras gargantas.

No me sentía bien ese día. Algo me cayó mal durante el desayuno y tenía diarrea. Me sentía débil y mis tiempos de desplazamiento se estiraron. La energía que otras veces he tenido en la montaña, me abandonó. Perdí el apetito y tuve que obligarme a ingerir líquido. Pablo decía que estábamos pagando con deuda energética la rápida caminata del primer día con 27 kg en la espalda. Aunque no lo creía así, puede que tuviera algo de razón.

Por la tarde llegamos a las cercanías del cerro que queríamos subir. Armamos la carpa a 4.350 m, muy cerca del nevé que teníamos planeado ascender al día siguiente. Nos pusimos de acuerdo en el nombre que daríamos a esa cumbre, si es que no había sido escalada. Pico Vivi Lotfi fue lo que encajaba. Aunque cabe aclarar que de pico no tiene nada, sino que entra perfectamente en la definición de cerro o montaña. Mejor aún!

El 12 de noviembre, nos levantamos temprano y salimos hacia arriba a eso de las 7:30. Era nuestro cuarto día de caminar y esa jornada  “de cumbre” se anticipa excelente. El sol iluminó temprano, quizás demasiado… o quizás nuestro comienzo fue tardío. Esto nos jugaría en contra a la hora de decidir el descenso más adelante ese mismo día.

Ganamos altura rápidamente y disfrutamos otra vez de las espléndidas vistas de los alrededores, de los glaciares y de las caras de los cerros que forman el final de esta quebrada llamada “El Salto”.
Alrededor de las 13:30 estamos en la antecima y un rato después estamos en la cumbre. Pico Vivi Lotfi! El GPS marca 5.264 m! Me emociono mucho por el logro y por darle el nombre de mi hermana a este hermoso cerro! Muchas cosas pasan por mi cabeza en ese momento, el homenaje, el increíble paisaje, el destino, el inexplicable (o no) fin de cada uno de nosotros… Muchas preguntas que no tienen respuesta. Sacamos fotos. Vemos los alrededores, miro hacia el cercano Nevado Excelsior (5.776 m) y también me llegan recuerdos de hace 2 años. Mas emociones… En ese momento todavía tenía esperanzas. Hoy las cosas son distintas. Mi mente racional y científica es fría y no piensa mucho en fe, delirios místicos o cosas por el estilo. Mi parte emocional me hace seguir buscando respuestas… De esa dicotomía interior me saca Pablo con un “vamos que todavía hay que bajar”…


                                        Durante el cruce del río Tupungato, la segunda jornada por la mañana.



Primeras horas de caminata por la Quebrada del Salto

 Campamento 2 a 3.600 m

Hacia el tercer campamento y descansando antes de llegar al mismo.



 El Campamento 3 a 4.350 m se puede ver a lo lejos
La impresionante ladera SSE del pico Vivi Lotfi!

Después de dejar el testimonio debajo de una pirca, comenzamos a descender. Debido a las condiciones de la nieve, la temperatura, la pendiente y demás factores, vemos riesgoso bajar por el mismo lugar del ascenso por lo que optamos por el plan B. Vamos a lo seguro. No podemos jugar con temeridades tan lejos de un posible rescate. Decidimos descender por otra cara que nos dejaría más abajo del campamento, a unos 3.900 m. Teníamos esta línea vista y al parecer es una ruta de bajada sin cortes en el terreno y sin dificultades importantes. Nuevamente “a vista” por la montaña… En solo una hora llegamos abajo! Muy rápido! Ahora toca volver a subir por un terreno conocido. Dos horas en las que me voy sintiendo peor a cada paso. Eso demoramos en llegar nuevamente al campamento. Una vez allí, me tiro dentro de la bolsa de dormir. Solo líquidos. Pablo cena y por mi parte me sumerjo en un sueño reparador.
Al otro día, no muy temprano, comenzamos a caminar en el sentido inverso a la subida. Larga bajada que nos dejaría de vuelta en la margen del río Tupungato a 2.700 m. Largo día también. Por suerte y debido a haberme obligado beber líquido, voy recuperando energía y fuerzas. En horas de la tarde estamos ante el río con toda su fuerza y el caudal algo aumentado. Pablo insiste en que no crucemos. Que esperemos a la mañana siguiente. Mi insistencia en cruzar y “sacarnos de encima” un problema, hace que decidamos ponernos las sandalias cerradas y nos lanzamos a vadear el río. Momentos de decisiones… Un tramo del agua caudalosa casi me desestabiliza. Le advierto a Pablo. Él intenta salir ileso, pero el agua y su fuerza, hacen lo suyo y se cae al río. Logra salir inmediatamente, pero del lado del comienzo. Así me encuentro de un lado y Pablo del otro. Dejo la mochila y cruzo de vuelta en su búsqueda, por otro lugar, unos metros más abajo. Logramos sortear el obstáculo. La mochila de Pablo esta “algo” mojada, por lo que buscamos un lugar relativamente seguro y armamos campamento. Hacemos fuego y logramos secar las prendas mojadas. La tarde se convierte en agradable y reflexiva al lado del fuego.
El 14 de noviembre, el último día de expedición, nos esperaría otra caminata. Mochilas nuevamente pesadas. Dolor en los trapecios. Varios kilómetros y la llegada a Punta de Vacas. Punto de comienzo y de fin a la vez. Se cierra otra aventura… Pablo se va a Canadá a ver a Cecilia y pasar juntos el mes. Vendrán días de reflexión por mi parte, momentos en los que uno se siente inconcluso… Impasse… impasse de qué?...

Llega el momento de volver a trabajar. Las guiadas en el Parque Aconcagua me esperan. Las fiestas de fin de año… La familia y los seres queridos. Días de locura. Volver a pensar en el año entrante. El 2014 se acerca. Usamos esa marca arbitraria para ordenarnos y planificar. Vuelvo a pensar en delirios místicos y me pregunto si realmente debería usar el calendario formal para organizar una existencia… Aunque el estilo de vida de un montañista se aleja bastante de lo formal, creo que ayuda… Me deseo un Feliz Año! Y se los deseo a los demás también! Feliz 2014!

Durante el ascenso a la cumbre, con el glaciar de la cara Sur
del pico Vivi Lotfi.







 El final de la Quebrada del Salto con glaciares y cerros que forman una herradura.










Pablo, llegando al filo cumbrero a una altura aproximada de 5.000 m.




                                                  Con el Cº Polleras detrás..

En la cima Oeste o antecima.


Llegando a la cumbre Central.

Momentos de cumbre!


Tomando lìquido en la carpa a la vuelta de la cima.





Imagenes Google Earth de la zona.

Primer día.


Segundo día.



                                                            Tercer día.









Día de cumbre.


El Cº Tupungato.
 y el "Centinela de Piedra"

Final en Punta de Vacas, después de seis día de andar...















Acá un vídeo de la ascensión. Diviértanse y aconsejo ver el vídeo con auriculares.
Hasta la próxima!



https://www.youtube.com/watch?v=Rox6dmp21UM


Referencias:
blog de Pablo: http://pablodavidgonzalez.blogspot.com.ar/
blog de Mijel: www.mijellotfi.blogspot.com.ar
AAJ: http://aaj.americanalpineclub.org/



2 comentarios:

  1. Que lindooo che!!!! Muy lindo relato y video!!!! Gracias x compartir!!!!!!!!

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  2. Horacio de Maipufebrero 01, 2014

    Gracias por compartir éste momento tan tuyo, te felicito

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